Referencias personales

LOS OLIVOS, LIMA, Peru
Poeta y Sociólogo.

lunes, 28 de diciembre de 2009

El Silencio de Quién se Marchó

Ana, Rafael y Eduardo,
Hijos del tiempo y de la historia.
Hijos de mi esperanza y de mi amor.
Un día fueron testigos
De alguien que se marchó.
Yo lloré…
Y le rogué que se quedara
Ese día lo recordaba con nostalgia.
Hoy, ya no me acuerdo de
Su apellido, ni de su nombre
Sólo recuerdo que se marchó.
Sólo recuerdo que dejó un gran
Dolor.

Ana, Rafael y Eduardo,
Testigos de ese día de dolor,
Prohibieron en su silencio
Y en su temor, hablar de
Aquel que un día nos abandonó.
Prohibieron en sus vidas,
Recordar a aquel que nos dejó.
Yo sólo sé que fue duro.
Que tuve que avanzar con los tres
Y, hoy soy testigo,
Que en ellos el tiempo borró,
A aquel que un día nos abandonó.

Trece de Agosto

Ajenos al dolor,
Ajenos al miedo de saber
Que la Muerte vendrá.

Fuimos parte del proceso de la vida.
Pasaron dos meses,
Los fastidios de vómitos
Y la suspensión de la regla,
Nos hacía cómplices de la vida nueva que venía.
El miedo de vernos como padres
Nos ruborizó,
El miedo de recibir a alguien nos emocionó.
El miedo de experimentar y soñar
Cómo sería nos alegró.

Paso el tiempo y…
Uno que otro examen nos confirmó.
Pasó el tiempo y,
Uno que otro síntoma nos ratificó
Como parte de la vida.


El miedo y la alegría eran enormes,
El miedo y al alegría se volvieron nuestros amigos.
De ahí en adelante,
Sólo hablamos de él o ella,
Y, soñábamos con que
Los Meses se pasaran rápido.
Y, soñábamos con ser padres,
Y, soñábamos con tenerlo en nuestros brazos.
Y, soñábamos con él y ella todos los días,
Y, soñábamos con vestirlo y verlo crecer.

¡Aún no sé qué pasó!.
Dicen que la vida es así
Yo aún no sé qué pasó,
Sólo sé que él no pudo vivir,
Sólo sé que él no pudo estar aquí.
Llegó a su tercer mes,
La Muerte nos visitó.
Yo no recuerdo haberla dejado pasar,
Pero, ella estuvo ahí,
El día en que él no pudo vivir.
Pasó el tiempo y…
Uno que otro examen nos confirmó
Paso el tiempo y…
Uno que otro chequeo nos ratificó.
La Muerte se lo llevó.

¡Aún no sé qué pasó!.
Dicen que la vida es así
Yo aún no sé que pasó,
Sólo sé que él no pudo vivir,
Sólo sé que él no pudo estar aquí.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Recuerdos del Colegio

Era de mañana.La tenue luz del sol acompañaba mi despertar.El objetivo del día era el de todos los días,verla pasar.Mi madrugar se sentía compensado con la inocente figura que envolvía en ella la ropa escolar.Yo,amarraba mis zapatos,acomodaba mi camisa,revisaba mis cuardenos y contaba mi propina.Ya era hora de partir.El beso y la despedida a mis padres era parte del día.Calculaba el tiempo y las agujas acompañaban mi ansiedad.¡Ya era hora!.¡Ya era tiempo!.¡Ya tenía que partir!.Su figura asomaba a lo lejos,su caminar era lento y distraído,su cabello acompañaba al viento y, su figura dibujaba un zig zag femenino.Era el momento de empezar a rogar a Dios,que mi valor tomáse fuerza y mis palabras no pierdan su sentido.Deseaba que esos 20 minutos de trayecto a mi escuela sean eternos,poque sentía que sólo en esos minutos era mía.No pensaba en besarla, ni abrazarla,sólo quería contemplarla y hablarle de los sueños.Quería decirle qué sabía una poesía de Salaverry,otra de Rubén Darío,una de Neruda,otra de Valdelomar,...y, quería decirle que también había una para ella.Exclusivamente para ella, porque nació de ése caminar,de esos pasos que dábamos a la escuela y de ése saludo temeroso con el qué empezamoa a hablar.Esa poesía es la que quería entregar,pero,que no me atrevía a dar.¿Cómo dárselo?¿Cómo decírselo?.No me atrevía.No quería romper la magia de estar al lado de ella y, al atreverme decir lo que sentía,sería romper aquél instante mágico de tiempo que, me valía para empezar muy bien el día.Aún recuerdo su figura, su sonrisa que guardaba armonía con el momento y, sus labios que se movían al ritmo de sus palabras dulces.Sin embargo,el tiempo pasó, los pasos que la acompañaban ya no eran los míos y, aún cuando calculaba el tiempo para verla pasar,lo único que hacía,era contemplarla y tener en mis manos aquella poesía que nunca pude entregar.

Tierna amiga,
dibujaste en mi ser la palabra Amor,
arrullaste mi alma en la eterna mañana del día,
me hiciste frágil a tu sonrisa y,
me educaste al sonido de tu voz,
fui un poeta por tu encanto,
que escribió miles de cosas que se parecieran a ti,
pero, ninguna era como tú,
ninguna se asemejaba a ti,
por eso, creo, que inventaste la palabra AMOR,
sin que yo te lo pudiera decir.....

Noche

Noche,¿quieres ser mi cómplice?
Quisiera confesarme del amor que yo siento,
decirte que tras su paso he ido,
y no la he podido alcanzar.
Aún, no sé si me podrá amar,
pero,tú serás mi cómplice en ésta oportunidad.

Noche,¿tu silencio me abruma?
tu frío, me hace temblar.
La Luna ha salido,
es ella, a quien quiero amar.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Un día...

Un día te encontré,
escondida entre las sombras de la lujuria y la diversión,
escondida en tu débil autoestima de mujer joven,
pero, sin ilusión.

Te encontré,
horrorizada de lo que hacías,
anestesiando con alcohol a tu conciencia
y, sometiendo tu cuerpo a miles de caricias.

Un día,que no me acuerdo cuando fue,
te encontré rechazando al AMOR y,
renegando de DIOS,
le decías, que porqué te hizo ángel
si, no creías en DIOS.

Otro día, ya no te encontré,
habías partido sin decir el porqué,
habías muerto sin despedirte...
Ése día no me acuerdo cuando fue....

Ayer te ví...

"Ayer te ví con la mirada tierna y enamorada
de la que ama sin esperar nada y, me enamoré
más de ti".

¿Me recuerdas?

Hola...Hola...¿Me recuerdas?
Soy yo,el ingrato hombre de la calle,
que te saluda para no volverte a ver.
Ya sé,...no quieres equivocarte de nombre
porque temes no decir el mio.
Equivócate.¡Si!,
Será mejor que sepa que no me recuerdas,
porque si sé que te acuerdas
volveré a querer pasar por ésta esquina.
Hola...Hola...
Disculpe,me equivoqué.

ANOREXICA

Amigos,
El tiempo pasa,
Y aún no tengo el cuerpo que deseo.

Amigos de dormitorio: Espejo y Centímetro,
Díganme hoy cómo me veo.
Hablen de la belleza
Que se refleja en mi cuerpo.
Díganme si la vanidad
Que deseo la he cumplido.

¿No escucho sus voces?
¿Aún no bajo de peso?.

Han pasado muchos años
Y, desde que comencé
a bajar de peso
Sólo he logrado engordar
Y el silencio de sus voces , amigos,
Me hacen sentir que este esfuerzo
de años es en vano,
¡Tanto ayunos!
Tantas pastillas y ejercicios.

¿No escucho sus voces?
¿Aún no bajo de peso?.

Aún no logro lo que quiero,
Y cada vez que te pido
Espejo que me mires cómo estoy,
Lo único que veo es que no he logrado nada,
Y, sé, que el centímetro me dice
Lo contrario,
En él ya bajé .

¿No escucho sus voces?
¿Aún no bajo de peso?.

No sé qué tengo,
La mirada de todos parece
Apenarse de mí,
Cada vez que salgo creo
Que voy a morir
Por eso regreso a mi dormitorio,
En donde sólo tengo a mis amigos
Y, espero, por horas
su gran veredicto.

¿No escucho sus voces?
¿Aún no bajo de peso?.

Hoy tengo veintiséis años,
Mi familia me dice
Que estoy enferma.
Yo, no sé de qué.
Sólo sé que tengo que adelgazar
¡Quizás me traten la obesidad!
¡Quizás ya se dieron cuenta
Con lo que lucho!

¿No escucho sus voces?
¿Aún no bajo de peso?.

Mis fuerzas ya no son las mismas,
Creo que me ha ganado la batalla.
Ya no puedo sostenerme, ni pararme.
Sólo siento que ya no siento nada,
Y, mis dos amigos: el Centímetro
Y el Espejo, ya no están aquí.

MUJER DE ESQUINA

Otro día más.
Otra noche más.
Un día más de actuar
Y desempeñar un rol en éste lugar.

Un día más de soñar que,
Todo el dinero que gane lo junte,
Y pueda salir pronto de aquí.

Una noche más de lucha
Por mi esquina y,
Por mi clientela.
Un día más de maquillaje,
Un día más de ropa ligera,
Un día más de recibir miradas
Sancionadoras y lastimeras.
Un día más de venderme,
De ofrecer mis caricias,
De ofrecer mi cuerpo,
Y proteger mis….
Otra noche más de saber,
Que me dicen ¡puta!,
Aunque no me lo griten.
Otro día más,
De esconderme, de protegerme
Frente a alguien conocido.

Otro noche más,
De soportar a algún curioso
Preguntándose por qué estoy aquí.
Otra noche más respondiéndome:
“lo hago por mi familia,
Por mis hijos ¡sólo estaré un año!”.

Un día más de fingir orgasmos
Y placer,
Frente a aquellos que buscan llenar su soledad .
Otra noche más de soportar
El sonido quejoso de mi lugar amatorio y,
Sentir el esperma caliente dentro de mi.

Otra noche más,
Alquilando mi dignidad
Por el dinero,
Otro día más,
Rogando que el tiempo consuma
Mis penas,
Y esconda mi imagen.

Un día más,
Mintiéndome a mí,
Que saldré de aquí.
Otra noche más,
Acostumbrándome a esta vida.

¡Algún día trabajaré en otro lugar!
O…sólo cambiaré de esquina.

CABECITA BLANCA

¿Cuántos días han pasado desde que me dejaron?
No recuerdo…
Mi frágil y cansada memoria no me ayuda a recordarlo.
A veces, quisiera agradecerle a mi senil memoria,
el olvido del Tiempo.

Pero, a veces, quisiera que haga
Lo mismo con mis recuerdos… ¡olvidarlos!
¡Ay!, frágil memoria, como me martirizas
Con el rostro de cada uno de ellos.

¿Cuántas navidades han festejado?
Aún recuerdo el mesón de mi sala,
Lleno de comida y de licor.

Y, alrededor todos mis hijos e hijas
Emocionados por que la hora llegue y,
Que el cálido abrazo familiar selle una
Navidad llena de alegría y optimismo.

Ahora la navidad que vivo,
Está llena de recuerdos y tristezas.
Una lágrima circula por mi rostro,
Y el deseo de abrazarlos
Es lo único que busco en esta Nochebuena.

¡Cuántos cumpleaños me deben!
Sé que hace poco llegó un regalo,
Sé que en él hay un poco de cariño
y, sé que aún me recuerdan.
Sin embargo, más que un regalo
Frío, que consuele mis ausencias.
Quiero que me regalen una frase de afecto,
Una mirada de alegría,
Un abrazo fuerte y lleno de cariño.
¡Eso es lo que quiero!

¿Cuántos días han pasado desde que me dejaron?
No recuerdo…
¡La familia debe haber crecido!
¡Mis nietos y mis nietas ya
Se habrán casado!
Ellos, ¿hablarán de mí?
¡Les dirán que aún vivo o
les habrán adelantado mi Muerte!
No lo sé, no lo sé.
Y, en lo único que pienso yo,
Es, en abrazarlos.


¿Cuántos días han pasado desde que me dejaron?
No recuerdo…
¿Cuánto tiempo más estaré aquí?
¿Quién asomará primero?
Ellos, -quienes me dejaron-o
La Muerte, que continuamente ronda este asilo,
Y, que sabe que en lo único que pienso es, en:
¡Abrazarlos!.